miércoles, agosto 30, 2006
Charles
Llegamos con cinco minutos de retraso a la cita, y no hay excusa pero nunca antes habíamos oído de la calle 5 de Mayo, y menos del Santuario tan concurrido de la ciudad. Preguntamos y nos apuntaban el lugar, la oficina, el asiento, todo lo apuntaban, también las preguntas que podía y las que no responder. Resulto ser un conocedor en todos los aspectos. Había estudiado hace 20 años en la BBC de Londres, sabía de todo lo que nos gusta y nos regalo una muestra de su gran proyecto. Era simpático, y tal vez eso me intimido, era como un payaso de circo poco exitoso, de esos que se esconden atrás de los chistes, o que tienen como mejor amigo a un muñeco de ventrílocuo. Nos despidió con un chocolate y sus historias sobre los exámenes de edición de radio, eso de corta, pega, pero deja el sonido del agua, eso y su sonrisa al decirnos “adiós colegas”…
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